Preguntas Frecuentes

En esta sección puedes encontrar respuesta a algunas de las dudas más recurrentes acerca del Proyecto de Innovación y Emprendimiento del IPCFT Santo Tomás.

Santo Tomás adhiere a la definición de Innovación propuesta por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE):

“Innovación es un nuevo o mejorado producto o proceso (o una combinación de ambos) que difiere significativamente de los productos o procesos previos de la unidad institucional y que genera valor al ser puesto a disposición de potenciales personas usuarias (producto) o implementado en la unidad institucional (proceso)” (Manual Oslo 2018).

En Santo Tomás entendemos el emprendimiento como:

“El acto de identificar y aprovechar oportunidades para generar valor económico y social mediante la creación o transformación de organizaciones” (Vincens y Grullon, 2011). Esta definición se puede interpretar y aplicar en un contexto educacional desde la perspectiva del desarrollo personal, ya sea iniciando un camino propio, en el rol de “emprendedor”, como también al interior de una organización, “intraemprendedor”.

Ambas alternativas responden a lo que diversos autores denominan como una actitud, mentalidad, o un espíritu emprendedor. Es decir, “a la capacidad y confianza para que una persona transforme ideas en acción” (Paños, 2017). En ese sentido, el emprendimiento no se limita a la creación de nuevas empresas, sino que también abarca habilidades y destrezas como el trabajo en equipo, la colaboración, la digitalización, el liderazgo, la innovación y la creatividad.

Son estas competencias las que en Santo Tomás buscamos desarrollar y potenciar para nuestro estudiantado, buscando forjar un perfil de egreso que les pueda ser útil a lo largo de su vida, tanto en el ámbito laboral, como el personal.

Para ello, hemos diseñado una Ruta Formativa en Innovación y Emprendimiento (RFie) que se integra en la malla curricular de toda la oferta académica. Esta, además, pretende estimular la continuidad de cada proceso de emprendimiento apostando por su futura formalización, de modo que nuestras y nuestros egresados puedan contribuir de manera positiva en sus entornos.

El desarrollo de la innovación y el emprendimiento, en el IP-CFT Santo Tomás, se basa en la identificación de oportunidades que permitan conectar nuestras capacidades institucionales y los procesos formativos de nuestras y nuestros estudiantes con las problemáticas y necesidades del entorno.

Por medio de lo anterior, se busca estimular la creación de valor como vía de contribución a dichos entornos, y luego propiciar la continuidad de cada proceso a través de la transferencia y el emprendimiento. Esto con el objetivo de promover cambios significativos y beneficios en el sector productivo o social a la vez que impactan positivamente en el desarrollo personal y laboral de las y los egresados.

Así está establecido en nuestra Política de Innovación y Emprendimiento, la que a su vez se orienta principalmente por la Ley 21.091, sobre Educación Superior del Mineduc. Esta última establece que el objetivo de innovar es dinamizar procesos de transferencia y contribuir con el desarrollo productivo sostenible de los territorios, la empleabilidad y fomentar el emprendimiento.

En tanto, nuestra política de Innovación y Emprendimiento establece que, para dar cumplimiento a los objetivos definidos, es necesario fundar el desarrollo de la capacidad para crear valor y contribuir al entorno desde el currículo y un relacionamiento territorial con mirada de mediano plazo, alineando nuestras capacidades y proyectos de desarrollo disciplinares con las demandas sectoriales productivas y sociales, así como con los planes de progreso a nivel regional y comunal.

Estas actividades de innovación y transferencia tecnológica deben ser sistemáticas, con metas y evaluaciones, tener como propósito interactuar con el medio y contribuir a problemas productivos y sociales, cautelando la retroalimentación con la docencia, el currículo y los recursos de aprendizaje.

Los procesos que impulsan la innovación y el emprendimiento a partir de esta política se basan en líneas de colaboración que fomentan la interacción entre docentes, estudiantes, la comunidad educativa y los entornos relevantes. Estos apuntan a identificar problemas pertinentes que serán trabajados como oportunidades a través de la exploración y el desarrollo de propuestas de solución que se pueden implementar – preferentemente – de manera curricular, – y opcionalmente – de forma cocurricular y extracurricular.

En el ámbito curricular, se busca que las propuestas de valor conduzcan al desarrollo de iniciativas de innovación y emprendimiento que puedan ser formalizadas, asegurando su continuidad a futuro. Para ello, hemos diseñado una Ruta Formativa en Innovación y Emprendimiento (RFie) que se integra en la malla curricular de toda la oferta académica.

Además, el apoyo de docentes como mentores de las y los estudiantes, así como los torneos de emprendimiento estudiantil, son mecanismos clave en este punto.

A nivel extracurricular, en tanto, se busca estimular el desarrollo de proyectos, liderados y gestados principalmente por docentes, que ofrezcan soluciones tecnológicas pertinentes a los problemas del entorno. Estos serán patrocinados por Santo Tomás y su financiamiento depende de la obtención de fondos internos o externos, siendo estos últimos públicos o privados.

Con todo, tanto en el ámbito de desarrollo curricular como en el extracurricular, la innovación y el emprendimiento en Santo Tomás se originan a partir de las necesidades del entorno y tienen el mismo propósito: contribuir al desarrollo productivo de los territorios.

Desde una perspectiva conceptual, la innovación y el emprendimiento en tanto propósito y resultado de las acciones realizadas, se entienden como componentes de un sistema. En consecuencia, se adscribe a la idea de pensar este sistema como un ecosistema. La biología define ecosistema como un sistema constituido por un medio y las relaciones entre seres vivos que lo conforman (Asale, n.d.). Por lo tanto, cuando hablamos de Ecosistema de Innovación y Emprendimiento Santo Tomás, se hace referencia a las relaciones de crear y cultivar entre diferentes actores.

El principal interés por entender la innovación y el emprendimiento como un sistema de relaciones dinámicas en entornos particulares entre los organismos que la conforman (Ecosistema de Innovación y Emprendimiento ST) es el de organizar la manera de conocer, clasificar, gestionar, medir y evaluar acciones y recursos para orientar las interrelaciones hacia fines específicos. Dicho de otra manera, el Ecosistema de Innovación y Emprendimiento en Santo Tomás será el conjunto de relaciones entre los actores que la constituyen, y que tienen por finalidad estimular la innovación, el emprendimiento y la transferencia tecnológica al entorno productivo y social para la formación de los Técnicos y Profesionales que Chile requiere en el desarrollo sostenible de sus territorios.

En el mundo productivo y competitivo actual, la capacidad para diferenciarse o reinventarse marca la clave entre las iniciativas u organizaciones que logran crecer o sobrevivir. Por lo tanto, innovar será una habilidad clave para tener mejores perspectivas de desarrollo, así como una estrategia para enfrentar los permanentes cambios sociales, económicos y ambientales a los que nos vemos expuestos.

Si bien innovar y emprender son conceptos que responden a procesos distintos y, por lo tanto, se pueden interpretar de manera independiente, en su conjunto surge una oportunidad de multiplicar el impacto que producirían por sí solos.

Sin duda, podemos Emprender sin Innovar. Sin embargo, emprender desde la innovación ofrece mayores posibilidades de diferenciación respecto de la competencia y de tener una oferta que se distinga (por su valor agregado). Es decir, nos entrega ventajas y mayores probabilidades de éxito.

En tanto, Innovar sin Emprender es posible, en rigor, si se forma parte de una organización. De esta manera se pueden incorporar cambios significativos en esta y, con ello, lograr beneficios en alguna parte de él o los procesos de los que se es parte.

Siempre se puede contribuir con el entorno productivo o social. La diferencia estará en la capacidad para sostener los beneficios en el tiempo. Es justo ahí donde encontramos los principales beneficios de incluir la innovación y el emprendimiento como el motor que moviliza la contribución.

Lograr la sostenibilidad de la iniciativa o mejora; fortalecer la competitividad; ampliar el beneficio y el área de beneficiarios; entre otras, serán las consecuencias más probables.

Santo Tomás entiende la innovación tal como la definió el Manual de Oslo en 2018, esto es: 

“Innovación es un nuevo o mejorado producto o proceso (o una combinación de ambos) que difiere significativamente de los productos o procesos previos de la unidad institucional y que genera valor al ser puesto a disposición de potenciales personas usuarias (producto) o implementado en la unidad institucional (proceso)”.

A partir de esta definición, podemos entender que estaremos innovando cada vez que aportemos al cambio o mejora en los productos, procesos o servicios que desarrollamos o prestamos a terceros. No importa si es nuevo o ya existe, sino la capacidad para identificar el valor potencial de introducir un cambio (dónde y cómo) y, a partir de él, conseguir mejores resultados o beneficios para las personas o el entorno impactado. 

Un ejemplo de utilidad para el caso de docentes Santo Tomás es identificar una solución implementada en otra sede de la Institución, que permita reducir el tiempo de respuesta en las solicitudes realizadas por los estudiantes, para luego ponerla en práctica en mi lugar de trabajo. Se considerará una innovación toda vez que resulta nueva el entorno al que es transferida. 

También se estará innovando si, después de implementar el nuevo proceso, se logra identificar oportunidades de mejora sobre el mismo. Es decir, primero trabaja en reducir el tiempo y, luego, de manera incremental, el costo.

Todos podemos innovar, no se trata de un privilegio de las y los “iluminados”. Lo principal es la disciplina, el método y la estructura con la que se abordan los problemas o desafíos. Las metodologías ayudarán a lograr el objetivo con mayor eficacia y eficiencia. Esa será la principal diferencia y virtud, considerando que innovar no es una casualidad, es un objetivo intencionado.

En ese sentido, no da lo mismo el tiempo y el contexto en el que ocurra la innovación, como tampoco tener la capacidad de replicar el proceso. Se trata de un trabajo sistemático que se orienta a un problema u objetivo. En esta línea, el método facilitará la tarea de replicar y de medir el impacto de la innovación.

Las redes de colaboración dan el soporte e incrementan las probabilidades de éxito o sobrevivencia de las iniciativas. Se podría comparar con la red que está lista para salvar la vida del trapecista y que, por lo tanto, le permite intentar sus saltos tantas veces como le sea necesario, hasta lograrlo. 

Una red de colaboración comprende a todas aquellas personas o entidades a quienes puedes acudir para resolver o facilitar una parte de tu proceso. Por ejemplo, te permitirá validar tu idea de innovación tempranamente, evitando que un error potencial se haga visible en etapas más avanzadas del proceso; así como servir de puente hacia potenciales clientes, usuarios y/o consumidores.

El miedo al fracaso es una de las principales causas que inhiben las intenciones de innovar y emprender. No hay forma de aprender sin errores. Los errores son experiencias que permiten ir cada vez más rápido y con más confianza. Es decir, no pasa nada si fallas o te equivocas en un intento de innovar/emprender. 

Lo importante es saber qué se busca, probar y evaluar. Si no sé qué necesito, no hay posibilidad de error, solo se consigue un resultado. Si fallas, corriges. Si fallas y, luego identificas la causa, estarás avanzando.

Mientras más temprano se logran identificar las fallas, más barato resultará el proceso de innovación/emprendimiento. Míralo como un edificio o un tejido: si el error aparece en el último piso o en el último punto del tejido, el tiempo invertido tanto para llegar hasta ese punto, como el que se debe utilizar para desarmar todo, provoca que suba el costo. En cambio, si el error aparece en el primer piso, el tiempo y el costo necesario para corregir será menor.

En definitiva, no pasa nada si te equivocas y corriges. Ya sabes que ese camino no sirve. Por el contrario, es cuando no hay errores o equivocaciones que debes preocuparte.

Te puedes acercar a tu Jefe de Carrera para que te oriente o puedes revisar las alternativas que tenemos disponibles en el siguiente enlace: https://ipcftsantotomas.charly.io/auth/sign_in

También puedes postular tu idea a los Torneos de Innovación y Emprendimiento que en Santo Tomás organizamos cada año. Para ello, debes estar atento a la información que publicaremos en los canales de información institucional o bien, revisar el siguiente enlace: https://ipcftsantotomas.charly.io/auth/sign_in

Puedes, además, revisar sitios relacionados como el de CORFO, el Centros de Negocio Sercotec, el de los diversos municipios y otras Instituciones de Educación Superior o incubadoras regionales.